Año de nuestro señor 1292 en algún lugar de las Higlands
El
fuego lo devoraba todo sin compasión. Los gritos de terror y auxilio se
perdían con la densa capa de humo que ascendía hasta lo más alto de la
montaña, mezclándose con la niebla que se arremolinaba sobre el suelo.
Llamas rojas lamian las paredes de todas las cabañas de la aldea
centrándose en los tejados de paja y vigas de madera vieja, ni siquiera
la casa señorial en el cerro se había librado de las lenguas ardientes
que destruían todo a su paso.
No, allí era peor. Allí se habían concentrado los asesinos en espera de hundir sus claymors en alguna carne blanda.
La luna hermosa en toda su plenitud se
hallaba justo encima, recortando las sombras de manera grotesca,
iluminando a los pobres desalmados que pretendían huir de aquel horno...
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