Declan Kindelan se ha esforzado
mucho por hacerse un hueco en una sociedad a la que no pertenece,
ayudado por su enorme inteligencia y su gran tesón. Hijo de una viuda
irlandesa, ha tenido que soportar muchas humillaciones hasta lograr un
título de abogado en la prestigiosa universidad de Eton.
Lord Wells es un noble atípico que, consciente de la valía de Declan, lo contrata como su secretario personal y encargado de sus finanzas.
Todo irá sobre ruedas hasta que Emma, hija de Lord Wells, se cruce en su camino. La joven provoca en Declan emociones que nunca había sentido y cuando éste se dé cuenta de que lo que siente escapa a su control, hará todo lo posible por alejarse de ella, incluso empujarla a que contraiga matrimonio con otro hombre.
Lord Wells es un noble atípico que, consciente de la valía de Declan, lo contrata como su secretario personal y encargado de sus finanzas.
Todo irá sobre ruedas hasta que Emma, hija de Lord Wells, se cruce en su camino. La joven provoca en Declan emociones que nunca había sentido y cuando éste se dé cuenta de que lo que siente escapa a su control, hará todo lo posible por alejarse de ella, incluso empujarla a que contraiga matrimonio con otro hombre.
En esta ocasión, conocemos a Declan Kindelan. Un irlandés de clase muy modesta, que gracias al tutelaje de un importante hombre, ha podido terminar sus estudios de abogacía en la elitista Eton, y montarse junto a dos amigos un bufete. No ha sido fácil dados sus orígenes humildes y un pasado personal que le persigue y el cuál quiere borrar, pero su perseverancia y coraje le llevan a labrarse un buen currículum académico, que le supondrá también tener una respetada carrera profesional.
Es por ello, que recibe una buena oferta de trabajo de mano de Lord Wells, un noble de buen corazón para el que trabaja ocasionalmente y que ahora le ofrece un puesto como asistente personal en su mansión.
Accede y se traslada al campo, donde encontrará tranquilidad, relaciones esporádicas con mujeres y evitará pensar en su pasado familiar, trabajando duro y manteniendo una relación cercana con su jefe, que le presta la mayor de las confianzas. Un hombre que se ha forjado una vida de éxito no teniéndolo nada fácil.
Pero aparece una mujer, Emma Wells, la hija de Lord Wells. Una muchacha que está a punto de prometerse y que ha cumplido su sueño de vivir en Florencia una temporada antes de volver a casa, casarse y comenzar la vida que se espera de ella.
Una chica con aspiraciones, pero que acepta el futuro que le espera junto a Lord Clyde, un buen hombre por el que tiene gran estima y que seguramente le hará muy feliz, pero...conoce a Declan.
A partir de la aparición de Emma, todo cambia en Wells Manor. Declan siente que esa mujer ha desestabilizado su tranquila y efectiva vida en el campo, y Emma, descubre que lo que siente cada vez que Declan está cerca de ella no es nada comparable a sus sentimientos por Lord Clyde. Se desata aquí una tensión que les coloca a ambos en una difícil situación. A Declan, aunque lo evite, le es imposible no pensar en esa chica pizpireta y tierna, pero le atormenta el hecho de que es la hija de su jefe, a punto de casarse y a la que ve inalcanzable dada la situación, sus orígenes y el pobre futuro que le puede dar.
Emma, pelea contra las emociones que le provoca la cercanía de Declan, el agobio de la boda, el comenzar una vida que se le antoja aburrida y lejos de el hombre que le hace arder de pasión.
Durante la historia, la tensión entre estos dos personajes es latente. Hay momentos cumbre entre ellos, que son dignos de enmarcar, diálogos que te dejan muertica de amor. La situación se va complicando a medida que los hechos avanzan; el anuncio de compromiso, el ataque de una banda de malhechores..y es por todo esto, y tras un encuentro furtivo de órdago, por lo que Declan toma la única decisión que hasta ahora le ha funcionado en la vida: alejarse. Huir por el bien de Emma, y por el suyo propio.
Se instala en Nueva York y se convierte en un afamado abogado, aunque amargado sentimentalmente tras dejar atrás a Emma.
Pero el tiempo lo pone todo en su sitio, y nuevas noticias de su pasado, le llevarán de vuelta a Inglaterra y encontrarse una panorama que ni en sus sueños hubiese imaginado.
He de deciros, que me hubiera gustado un final más largo. El desenlace es demasiado directo, y he echado de menos algo más de tensión en concordancia con el resto de momentos intensos entre estos dos personajes, pero de todas formas, ha sido un final que te deja muy buen sabor de boca.
La historia es una maravilla, sencilla pero muy intensa, narrada impecablemente como siempre por su autora. Sus personajes son muy interesantes, Declan me ha encantado por lo difícil de su situación pero también por su afán de superación. Secundarios perfectos, que cumplen con su función de compañar a los protagonistas en sus miedos e indecisiones. y destaco algunas escenas románticas, que son de aquellas para no olvidar.
Una novela en definitiva, que no te decepcionará. Una lectura ágil, envolvente, muy romántica y que terminarás con una sonrisa en la boca, y porqué no algún que otro suspiro.
Recomendable 100%.
Me gustó mucho tu reseña. ¡Qué ganas de leerla! Gracias.
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