A sus treinta y dos años, Celia
ha sobrevivido a un cáncer de mama que se ha llevado por delante su teta
izquierda. Y a su mejor amiga. Y el sexo con su novio. Y la comida basura —no
todo tenía que ser malo. Y una prometedora carrera profesional en un conocido
bufete de abogados. Con el alta en la mano el regreso a la rutina parece
sencillo. Sin embargo, pronto descubrirá que para recuperar las riendas de su
vida, tendrá que poner patas arriba su armario, su trabajo y su relación. Celia
quiere volver a sentirse viva, a amar y ser amada. Pero ¿cómo mostrarse ante
los demás? ¿Cómo posar a pecho descubierto ante Leo, el fotógrafo responsable
de la exposición en la que ha accedido a participar? ¿Cómo vencer el miedo al
rechazo? O peor aún… ¿cómo aceptar que alguien la ame y desee quedarse a su
lado?
Una historia íntima y positiva
sobre las segundas oportunidades, sobre lo que perdemos y lo que ganamos cuando
la vida nos pone a prueba. Porque como dice Celia: «Hay quien tiene un cáncer.
Hay quien sufre un accidente de moto. Hay quien pierde a alguien o algo. Hay
quien lo vive con veinte años. Y hay quien nunca se da cuenta».
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