Acabo de pillar en la cama a mi novio con
mi mejor amiga. Cabreada, cojo las llaves de su coche y me largo.
Poseída por el espíritu de los Metallica, piso el acelerador a tope, no
consigo frenar a tiempo, ¡y me llevo a un motero por delante!
Todo lo que viene después es un absoluto
caos. El motorista (un tipo duro, que reconozco que me pone) parece ser
un fugitivo y lleva documentación falsa. Pero yo, la rebelde Julia que
ha robado el coche de su novio y lo ha estrellado en plena noche, no
bajo la guardia con él. ¡Que se fastidie!
Un accidente muy heavy, una llamada
imprevista, un extrañísimo funeral y un concierto de rock pueden
cambiarte la vida, ¡te lo juro! Pero aviso, que nadie se equivoque: ni
él es Romeo, ni yo una frágil Julieta.
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