A
sus veinticuatro años, Johanna Oliphant sólo conoce un tipo de familia:
la compuesta por su pareja Alek y sus secuaces. Un grupo que se dedica
al tráfico de armas, con un fuerte vínculo de lealtad entre ellos y del
cual nadie en su sano juicio querría formar parte. Sin embargo, los
motivos que llevan a nuestra protagonista a mantenerse junto a ellos van
más allá de lo comúnmente razonable. Una de esas razones tiene nombre,
apellido, sangre fría y posee una destructiva habilidad que hará nacer
en Johanna sus instintos más suicidas.
En
un punto en el que la tensión y la violencia llegan a un límite
insostenible, la lucha de titanes se verá intensificada por la batalla
interna de cada uno.
¿Hasta qué punto es óptimo arriesgar tu propia vida para conseguir lo que tu corazón te pide a gritos?
¿Hasta qué punto es racional comprometer tu integridad física por alguien que sólo muestra la cruz de su moneda?
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