Aquello era jugar con fuego…
Caragh O’Brannon se había defendido
valientemente ante la llegada del enemigo. Y, al final, se había
encontrado a solas con un vikingo. Un vikingo furioso…
Styr Hardrata había navegado hasta
Irlanda con la intención de comerciar, pero jamás se habría imaginado a
sí mismo hecho cautivo y encadenado por una hermosa doncella irlandesa.
El salvaje y atractivo guerrero
aterrorizaba y atraía a Caragh a partes iguales, pero le estaba
totalmente prohibido. Era un enemigo, y además estaba casado. Aun así,
Styr poseía muchos secretos por desvelar…
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