Björn es un atractivo abogado a quien la vida siempre le ha sonreído. Es un hombre ardiente, alérgico al compromiso, pero al que le encanta disfrutar de la compañía femenina en sus juegos sexuales. Melania es una mujer de acción. Como piloto del ejército americano está acostumbrada a llevar una vida al límite, sin embargo, su principal misión es la de luchar como madre soltera por sacar adelante a su hija. Cuando el destino los pone cara a cara, la tensión entre ellos se hace evidente… Pero lo que en un principio fue un encuentro hostil, poco a poco irá convirtiéndose en una atracción irrefrenable. ¿Conseguirán estos dos titanes llegar a entenderse?
Quizás esperaba mucho de ella, error que solemos cometer a menudo y que nos lleva a grandes decepciones, y la verdad, esta ha sido una gran decepción.
Al igual que Ni lo sueñes, me pareció genial, tierna y divertida, Sorpréndeme no me ha parecido ninguna de esas cosas. No me he creído a Mel, no me he creído a Björn, del cuál esperaba más y se ha quedado a medio camino. No me ha gustado el entorno, ni el pasado de los protas, sus historias rocambolescas, ni los guiños fáciles de la hija y la abuela de Mel...no sé, en conjunto, un auténtico coñazo. Mucha información y poca sustancia.
De entrada ya empieza fuerte, con escenas muy muy subidas de tono, creo yo más que gratuitas en muchos momentos, que aunque te ponen en situación respecto a los protagonistas, no aportan mucho a la evolución de la trama, basándose prácticamente el 80% de la novela en encuentros eróticos festivos. Apenas hay romanticismo, no hay profundidad, se trata de una relación puramente sexual llevada casi al final a un siguiente nivel, con en un inicio, faltas de respeto, chulerías y gestos que no me han gustado. Me ha parecido bastante superficial,los diálogos, a los que la autora nos tiene tan acostumbradas, divertidos e ingeniosos, han brillado por su ausencia.
A riesgo de sufrir una lapidación a manos de fans acérrimas de Megan Maxwell, siento decir que me parece la obra menos buena de esta autora, la más fácil, la más superficial y vacía de emociones.
Quizás las prisas no son buenas consejeras, y se valora más la cantidad de libros publicados que la calidad de los mismos.
Leer la novela si queréis, pero no esperéis algo similar a Pídeme, ni por asomo. Una novela que entrará tristemente en mi sección Best-Deceptions.
Leído en formato electrónico.
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