Lynn conoce todas las amenazas de su estanque: la sequía, un invierno sin nieve, coyotes, y, lo más importante, personas en busca de un trago.
Ella se asegura de que cualquiera que se acerque al estanque se quede sediento, o no se vaya en absoluto.
Confiada de sus propias habilidades, Lynn no tiene ninguna utilidad para el mundo más allá de los campos y bosques cercanos.
Tener una vida significa dedicarse a la supervivencia y el trabajo constante de recoger leña y agua. Tener un estanque requiere la fortaleza para protegerlo, algo que Madre le enseñó bien durante sus horas de silencio en la azotea, rifle en mano.
Pero nubes de humo en el horizonte significan una cosa: extraños.
Las misteriosas huellas junto al estanque, amenazas nocturnas, y disparos dejan bien claro que Lynn tiene exactamente lo que quieren, y no van a parar hasta que lo consigan...
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