«Setenta y dos horas no son nada, setenta y dos horas no son nada…».
En la cabeza de Cloe se repite una y otra vez esta frase, como si con
ello las horas pudiesen pasar un poco más rápido. Y es que una reunión
de antiguos alumnos, en un hotel en la playa y con un exnovio al que no
ve desde hace quince años y a quien se tiene completamente idealizado,
no es un panorama muy alentador para pasar un largo fin de semana de
primavera.
Como pueda, Cloe tendrá que hacer frente a su pasado y a su anhelado Aiden, de quien tiene una idea muy equivocada.
La aparición de Caleb, su enemigo de la infancia, pondrá un poco de
chispa al tedioso fin de semana que tiene por delante y, por qué no, a
su apacible pero gris vida que, aunque no quiera reconocerlo, necesita
urgentemente alguien a quien amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Opina, comenta, comparte!