Dee Vargas ni siquiera se imagina todo lo que le acarreará el haber aceptado el
trato de Gabriel Berling, pero sí sabe que hará lo que sea necesario para
demostrarle que no es una mujer con la que se pueda jugar.
Cuando él le
tiende una bandera blanca y la arrastra a un inesperado fin de semana en la otra
punta del país, Dee no es consciente de que, durante ese interludio, estará más
cerca de Gabriel de lo que ninguna mujer lo ha estado jamás.
La cuestión
es, ¿podrá resistirlo su corazón?
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