Gabriela sueña con Enriq, pero acaba de casarse con Nicolau, un hombre
al que aún no conoce. Ni siquiera le han preguntado su opinión; entre su
madre y el párroco han orquestado el matrimonio y entregado a Gabriela a
un destino lejos de su hogar. Giulio ha visto morir a todos sus
compañeros en el frente austrohúngaro y, si ha logrado sobrevivir, es
tan sólo por la esperanza de regresar a su pueblo en la Toscana y
estrechar de nuevo a Francesca entre sus brazos. Raquel, por el
contrario, ha conocido a muchos hombres, pero jamás ha estado enamorada.
No es lo más conveniente para una artista de variedades como ella, que
triunfa cada noche en el Japonés. La afilada pluma de Gaspar en el
Heraldo de Madrid hace temblar a los poderosos. Lo bueno de su viaje a
Buenos Aires es que le alejará de sus enemigos por un tiempo y, quién
sabe, una gran historia podría cruzarse en su camino… La guerra ha
dejado viuda a Sara que, harta de vivir el largo invierno ucraniano
sorteando el hambre y los pogromos, ha decidido creer en las promesas de
un atractivo judío llegado de Argentina. Para empezar una nueva vida,
sólo tiene que dejar de creer a los agoreros que le advierten de que Max
no es trigo limpio. El capitán José Lotina es un auténtico lobo de mar,
un enamorado de su trabajo que se siente más seguro a merced de las
olas que en tierra firme. Por eso no le abruma la responsabilidad de
llevar a bordo del Príncipe de Asturias todos los sueños del mundo.



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