Me llamo Daniela Vivancos y mi sueño es convertirme en directora de
spots para televisión. Me van más los anuncios que el cine, una de mis
muchas rarezas. Dicen de mí que soy una borde rematada, y sé que es
verdad, una especie de erizo que va soltando lindezas allí por donde va.
Acabo de llegar a Esquelles, una pequeña ciudad de la costa
mediterránea, para hacer un curso de especialización en una escuela
privada, la BelleEpoque, y voy a compartir piso con cuatro desconocidas.
Pero de esas cuatro resulta que una, en realidad, es uno. Se llama
Alonso, es bombero, y está para mojar pan. ¿Os podéis imaginar la que se
lía?



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