Éramos sólo nuestro nombre de pila y el del instrumento. Yo era Costanza
de la sopranino. Ese era mi nombre y mi vida. Ahora soy, Costanza
del silencio". Venecia. Principios del siglo XVIII. Jóvenes virtuosas de la
música, ocultas tras las rejas de un orfelinato, se convierten en la
anonima atracción musical de la época al servicio de los grandes
Maestros. Esta es la historia de Costanza, flautista de talento,
abandonada a su suerte por Vivaldi.



Gracias por la recomendación!!
ResponderEliminarBesos.
De nada ;)
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