Maximiliam regresaba al hogar tras muchos años al servicio de la
Marina Real de su Majestad. Regresaba a casa para hacerse cargo de sus
responsabilidades como heredero del ducado de Frenton y sabía que entre
ellas se hallaba el encontrar la esposa adecuada y aportar nuevos
herederos al título. Nunca pensó que sus planes originales sufrieran un
revés al reencontrarse con una Amelia convertida en una mujer hermosa,
sensual y arrolladoramente atractiva que despertaba en él deseos muy
alejados de los que debería sentir quien siempre la había considerado
una hermanita pequeña a la que proteger y cuidar.
Ahora debía luchar contra la pasión que ella despertaba en él, pues
no debía ignorar quién era ni lo que era. No podía dañar su casa, su
título, su posición, su familia y menos aún, a la pequeña Amelia Mcbeth.
Pero ¿qué pasaría si se dejara llevar por los incontenibles deseos y
sentimientos que ella despertaba en él? ¿Se convertiría en un monstruo o
simplemente sería feliz siendo quien estaba destinado a ser: el amor de
su Amelia?


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