No todas las historias de amor tienen un final feliz y aunque se superan
todos los obstáculos marcados, un infortunio puede cambiar
absolutamente todo el rumbo. Esta historia la narran Syrah y Daniel,
aquellas personas que fueron capaces de sacrificar todo y a todos para
poder estar juntos aunque, ¿en verdad pudieron consolidar su historia y
disfrutar de un amor intenso?



¡No, hombre, no me digas que acaba mal! xDDD ¡Eso no pue ser! Soy una fan de los finales felices; como mucho, algo agridulces. Pero finales malos no, plis, que para eso ya está la vida real.
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